Escritos del Padre Luis

Prólogo a apuntes sobre mi vida o autobiografía

Así fue el autor de esta autobiografía. Era, como aparece en ésta, su verdadero retrato. El fondo de su ser, la paz; su vestidura, la humildad. Fue su vida correr manso de un río, sin declives pronunciados ni desbordamientos que rebasan el cauce. A su paso florecieron las flores de toda virtud: la caridad, la pobreza, la humildad, la obediencia, la austeridad, el sacrificio… La bondad de su hermosa alma se le irradiaba en la sonrisa, que iluminaba su rostro; sonrisa que ni la muerte pudo borrar.

Poseyó, como pocos, el raro don de una vida inalterablemente serena, sin relieves, sin deslumbramientos, callada en la superficie pura de profundo cauce espiritual.

La Casa Noviciado de Godella fue testigo de sus últimos días, como lo fuimos cuantos tuvimos la dicha de visitarle y oír de sus labios acentos de vida eterna. No olvidaré aquel Viático que recibió de mis manos. En tan solemne momento su lengua parecía un salterio que lanzara al cielo sus últimas notas de encendida gratitud. Después se quedó extático. Aún pude recibir su última bendición. Se incorporó y, pronunciando una por una todas las palabras del ritual franciscano, me bendijo. A los dos días ya estaba en el cielo.

La Casa Noviciado me ha parecido desde entonces como una gran abadía medieval. Aquel aposento, la celda de un santo; aquel cadáver, cuerpo glorioso en mañana de resurrección.

En el afecto que mutuamente nos profesábamos llevaba yo la mejor parte; cuando se lo decía, me cogía las manos, apretándomelas con las suyas, como asintiendo, y me miraba como si en aquella mirada quisiera traspasarme su alma entera.

El recuerdo de aquella mirada y de aquellas manos oprimiendo las mías son ahora para mí como la garantía de que con su poderosa intercesión velará desde el cielo por mí el que en la tierra me honró con su amistad.

Javier Lauzurica, Obispo A.A. de Vitoria

Escritos sobre el Padre Luis

Pórtico

Amable y caro lector: Paz y bien.

Permite que te presente el libro Yo, Fray Luis de Masamagrell. ¡Ah! ¿que qué es este escrito?

En el pórtico de mi anterior biografía del Venerable Luis Amigó te decía que era aquel un escrito de corte clásico, sereno y equilibrado, fino y transparente, ordenado y austero.

Eso s¿, elaborado con suma delicadeza, con profunda ternura y con unción poética. Del presente no puedo decir lo mismo, pues he de lamentar ¡ay pecador de mí!- que no sea ni biografía ni autobiografía, sino más bien todo lo contrario. Y tampoco responde a un género literario preciso y concreto. No es un escrito narrativo, ni descriptivo; epistolar o dialogal, si bien me haya servido de estas y otras varias formas de decir. No es, pues, un escrito de corte clásico sino más bien un revuelto en el que he vertido toda clase de ingredientes -eso sí, todos de primera calidad, te lo aseguro- con el fin de dar variedad a la obra.

¿Que qué he pretendido con este escrito? Pues, mira, presentarte un Luis Amigó sencillo y amable, a mitad de camino entre la autobiografía y la biografía a las que en buena manera viene a completar y embellecer.

Por una parte he procurado encuadrar el dato frío dentro de un marco vivo y existencial. Que ya decía Ortega y Gasset que un cuadro, sin marco, tiene el aire de un hombre desnudo, expoliado. Su contenido parece derramarse por los cuatro lados del lienzo y deshacerse en la atmósfera.

Por otra parte he procurado imprimirle intensidad y peso descendiendo al hondón del espíritu de mi buen padre fundador. Ese espíritu tan delicadamente bello, hecho de fraternidad y providencia, desapropio y minoridad, gozo espiritual y libertad franciscana.

También te decía que el libro era fruto de la necesidad, ya que la obrita vio la luz por entregas en la Hoja Informativa del Venerable Luis Amigó. Y que había sido escrita con el procedimiento de sketchs, y en tonos claros, amables, deliciosos. S¿, también la presente goza de la misma prerrogativa al menos para que no desdiga su noble orige77.

Finalmente, y concluyo, el presente escrito acaba con un índice cronológico para que tú. amable lector, con mayor facilidad puedas engarzar los hechos dentro de unas coordenadas de la geografía y de la cronología, que son los ojos de la historia. ¿Que qué es el escrito? Ni yo siquiera lo sé. Pero es algo delicioso, te lo puedo asegurar. Prueba, prueba y lo verás.

Affmo. hermano en el Venerable Luis Amigó.

Fr. Agripino G.

Biografía de nuestros mártires

Beato Vicente Cabanes y compañeros

Terciarios Capuchinos Mártires

Beata Rosario de Soano y compañeras

Terciarias Capuchinas Mártires

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